Se le llama “Bombeo Solar” a la aplicación de la energía solar fotovoltaica para mover bombas de agua, aplicada directamente al motor de la bomba.
Actualmente, desde la eliminación del "impuesto al Sol" y de las enormes multas que llevaba asociado, se pueden realizar instalaciones interconectadas (híbridas FV y Red), de forma que lo que tenemos es un Autoconsumo, pudiendo acogernos a las distintas opciones que permita la legislación.
En muchas ocasiones, dada la localización de las instalaciones agrícolas, muchas veces sin acceso a la Red, la mejor opción es realizar una instalación totalmente aislada de la Red, lo que sería un autentico "bombeo solar".
Estas bombas, por ejemplo en agricultura, pueden usarse tanto para trasvasar agua (pozos a embalses, etc.), como para dar presión a un caudal de agua determinado (impulsión a sistemas de regadío). Otras aplicaciones aparte de la agricultura, pueden ser la ganadería, consumo humano, piscinas, etc.
No hay limitaciones. El sistema solar se adapta a la potencia de la bomba, bien la existente o bien la que se diseñe. Se pueden mover motores de bombas de unos pocos Caballos de Potencia (CV) o Kilovatios (KW), hasta cientos de CV o KW.
Sí, se puede hacer riego directo. El sistema de paneles solares se puede diseñar para que la bomba funcione a la potencia necesaria para mantener la presión deseada. Pero esa presión se podrá mantener un determinado tiempo al día, en función del diseño que se haga.
Para regar de noche hay tres opciones si queremos utilizar sólo energía solar ya que de alguna forma tenemos que acumular la energía producida de día. O bien se acumula la energía eléctrica en baterías, para poder usarla de noche o en días muy nublados (esto no suele ser muy rentable para este uso), o bien se acumula el agua en altura (se eleva el agua durante el día a un embalse a la altura suficiente para que nos de la presión natural para regar). Y como tercera opción, se podría utilizar de noche (o en días muy nublados), una energía externa de apoyo (grupo diesel o la Red), de forma puntual ya que el gasto sería mucho mayor.
La utilización más eficiente de un sistema solar, es la extracción de agua para su acumulación y posterior uso. La impulsión desde el embalse hasta el cultivo puede realizarse también con un sistema solar o bien con energía convencional, pero el mayor gasto energético (suponiendo agua subterránea de pozo), la extracción de agua, ya se ha hecho con energía solar.
El uso óptimo, siempre que el terreno lo permita, se consigue elevando el agua hasta un embalse con altura suficiente para regar, cuando se desee, con presión natural.
En cuanto al riego en sí, cuanto más se extienda la temporada de riego (lo ideal serían los 12 meses del año), mejor se amortiza la inversión realizada, ya que el sistema solar puede bombear agua todo el año.
Eso depende del sistema que se adopte. Si se utiliza un sistema sólo con energía solar, habrá que cambiar al menos horarios de riego e incluso la temporada. La energía solar está disponible todo el año y en muchos cultivos (leñosos) se puede regar meses que, habitualmente no se riega por economizar el gasto energético.
Si su sistema de regadío impulsa el agua directamente desde el pozo hasta pivots o cobertura, un sistema puramente solar no es el sistema más adecuado para hacer exactamente lo mismo.
Una solución puede consistir en extraer al agua a un depósito de pequeño tamaño en superficie y desde allí impulsar. El sistema de control de la energía producida por los paneles fotovoltaicos la distribuirá entre la bomba de reimpulsión del depósito y la de extracción del pozo al depósito.
Estas instalaciones requieren un estudio detallado para ver en qué partes y en qué forma se puede usar energía solar y determinar las horas de riego posibles. En estos casos, una combinación de energías (sistema híbrido solar-diesel o solar-red), o una reestructuración del sistema hidráulico, puede aportar la solución más eficiente.
Es necesario disponer de un espacio soleado (bien tejado o bien suelo), para colocar los módulos fotovoltaicos. Lógicamente la superficie necesaria depende de la potencia del sistema a instalar. Un sistema pequeño, por ejemplo para bombas de 5 HP puede no necesitar más de 60 m2, un sistema mediano, de unos 50 HP puede necesitar unos 500 m2.
El coste de cada solución, requiere de un presupuesto individualizado. No obstante, como regla aproximada, el coste actual de un sistema de riego, está en torno a 1 € por W de paneles y a su vez los KW de paneles, de manera aproximada, pueden ser el doble de los CV de la bomba. Así, para una bomba de 5 CV, se utilizarían 10 KW, lo que supone un coste de 10.000 €. Este ratio de coste depende de las variaciones de coste de los materiales y disminuye al aumentar la potencia de la instalación (economías de escala).
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